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LAS ACUSACIONES DE CORRUPCIÓN RESULTAN MEDIÁTICAS, POR ESO NO LAS INVESTIGAN EN MÉXICO.


Interesante la forma en que se comienza a explicar en México, la razón por la que las autoridades se tardan en investigar los casos de corrupción que se hacen públicos: Los catalogan como mediáticos, y les otorgan connotaciones políticas. Es decir, las autoridades para no embarcarse en otra suerte de aventuras políticas, prefieren dejar que pase el tiempo antes de abrir una carpeta de investigación. Desde luego que esto procede cuando se trata de asuntos en los que aparecen involucrados personajes del primer círculo del poder, porque cuando es un deportista o un cantante, de inmediato congelan cuentas y aseguran bienes. Esta es la razón por la que el país está inundado de corrupción, porque finalmente las autoridades están ocupadas en otros menesteres, como la campaña para ser nominados Fiscales Generales para trascender el sexenio, y que esto se convierta en una plataforma para la impunidad. Para nada quieren comprometerse con una investigación seria, que pueda llevarlos por caminos sin retorno. En el momento en que un personaje del primer círculo, resultara sujeto a proceso por corrupción, la estructura podría tambalearse y quién sabe si alguien pudiera salir ileso de este cisma. Por eso las autoridades prefieren que todo quede a nivel mediático, y que quien tenga la mala suerte de entramparse, tenga todas las posibilidades para su defensa. En tanto Rafael Márquez el futbolista y Julión Álvarez el cantante están en serios problemas, Javier Duarte sigue ganando amparos, y Emilio Lozoya Austin para nada es investigado, y mucho menos llamado a comparecer. Bajo esta tesis de que todo es mediático, dice el jurista Miguel Carbonell, a la hora de convertirse en proceso jurídico, las autoridades tienen problemas con la presentación de los elementos probatorios. Esto explica también los problemas para la integración de los expedientes en los procesos de extradición, y la tardanza para que se autoricen. El abogado defensor de Emilio Lozoya Austin, asegura que su cliente no recibió ni un centavodela empresa brasileña Odebrecht, y que incluso la PGR, ni siquiera lo ha citado a declarar, pese a que el propio Lozoya lo solicitara formalmente desde hace tres meses. Agregando que las acusaciones son mediáticas. En diversas entrevistas radiofónicas, precisó que hace tres meses -cuando se difundió información en el sentido de que Lozoya habría recibido un soborno de más de 5 millones de dólares por parte de la empresa brasileña-, el propio ex director de Pemex solicitó formalmente una audiencia ante la PGR para aclarar su situación, lo cual hasta la fecha no ha sucedido. Solamente su abogado viene dando la cara ante los medios, porque Emilio Lozoya está trabajando, aun cuando al que le debería de importar es al que está siendo señalado por los medios de comunicación. Sin embargo en una información publicada en un medio de comunicación de Brasilse dice que Petrobras no fue la única empresa petrolera que tuvo ejecutivos corrompidos por Odebrecht’, ya que la constructora brasileña pagó 10 millones de dólares en sobornos a Emilio Lozoya Austin, director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) entre 2012 y 2016, informa el diario O’Globo. Mexicanos contra la corrupción, que es una organización ciudadana que en México combate la corrupción ofrece una serie de informaciones, en las que se vincula este soborno de 10 millones de dólares, con el compromiso de contratos en la refinería de Tula Hidalgo, que luego fueron compensados por otros. Desde luego que tiene razón el periódico O´Globo, cuando señala que corresponde a la PGR de México, hacer la profundización de estas informaciones. El problema es que la PGR no quiere entrarle a este tipo de indagatorias, y por la otra no cuenta con la colaboración de Pemex, que es la empresa involucrada, en la licitación y el otorgamiento de contratos a Odebrecht en 2014. Es evidente que el problema no está en la licitación de contratos, ni en la redacción de los documentos, porque seguramente tuvieron cuidado de las formas, finalmente el tema es el del soborno y cuál fue el destino y los beneficiarios de esos dineros. Cuando la gente de Odebrecht asegura que entregaron estos dineros, usando la triangulación financiera, es porque así lo hicieron en Brasil, en Perú, en Ecuador y en quién sabe cuántos países en donde hicieron dinero. El problema es que aquí en México, este asunto solamente tiene connotaciones mediáticas, y siempre que se siga pensando así, no habrá consecuencias ni efectos legales en contra de nadie. Muy a pesar de lo anterior, en las últimas horas lo mediático se ha convertido en jurídico, Emilio Lozoya Austin ha sido citado por la PGR, como imputado en el caso Odebrecht.

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