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DESAFÍO ELECTORAL 2018, CÓMO EVITAR Y DEMOSTRAR LA PRESENCIA DE DINERO ILEGAL EN LAS CAMPAÑAS.



Desde ahora se comienza a plantear a nivel nacional, el desafío principal que habrán de enfrentar las autoridades electorales en el 2018: ¿Cómo evitar y en su caso demostrar la presencia de dinero ilegal en las campañas?. Expertos siguen sosteniendo que en las campañas, con respecto al financiamiento sucede que aunque se siga negando, mucho de los gastos se sustentan con dinero ilegal; y que este dinero solamente puede tener una de dos fuentes: el crimen organizado, o los presupuestos de los gobiernos estatales y del federal. Esta es una verdad que desde hace mucho es del dominio público, por esta razón no basta que se sepa y que sea pública, sino de encontrar alguna propuesta o mecanismo para desarticular estas complejas redes de financiamiento ilegal. Los partidos habrán de recibir para el 2018 entre 6 mil y 8 mil millones de pesos, que deberían ser suficientes por los tiempos, para pagar los gastos de las campañas federales y estatales. Sin embargo, a la hora de las cuentas, se descubre que los partidos, todos, gastan más de lo que recibieron de prerrogativas electorales, y por encima de los topes de campaña. ¿De dónde salen esos dineros que se convierten en publicidad utilitaria y hasta en tarjetas para las compras en las grandes tiendas?. ¿De dónde sale el dinero para los alimentos, las bebidas y la gasolina, de los votantes hasta las casillas más cercanas?. No hay registro de este dinero, mucho menos se sabe de dónde viene, es efectivo que se mueve con relativa facilidad durante la campaña y el día de la elección. Nadie lleva las cuentas, y la única versión que se llega a tener, es que el dinero está circulando para promover el voto. Las administraciones estatales y municipales, tampoco cuentan con registros de ese dinero, que se sabe es utilizado para la llamada “compra de votos”. Ahora que está de moda Odebrecht, también deben agregarse entre las fuentes de financiamiento a las compañías constructoras, que con tal de garantizar futuros contratos, invierten en las campañas, de los presuntos ganadores de las elecciones. Por más que el Instituto Nacional de Acceso a la Información, insista en que se hagan transparentes las operaciones de los partidos, estos procuran no dejar huella alguna de ese dinero, que regularmente está destinado a gastarse a fondo perdido. Desde luego que estos financiamientos se pueden reconocer por la cantidad de publicidad que destinan los candidatos, los objetos y apoyos que entregan a los futuros votantes, El problema es que no hay forma de sumar las inversiones, para saber a ciencia cierta cuánto ha costado una campaña política. María Marván Laborde, presidenta del Consejo Rector de Transparencia Mexicana, advirtió la necesidad de encontrar desde posturas muy realistas como atemperar la influencia del dinero en la política, porque, dijo, “el dinero es la leche materna en la política y pretender que el dinero no importa, o que podemos hacer política sin dinero, la verdad es que es de una inocencia imperdonable, y lejos de ayudar a acotar el problema y entenderlo, lo complica”. De hecho, abundó, la justificación de que haya dinero público en la política, es decir, que una parte del presupuesto global se destine a los procesos electorales y se entrega a los partidos políticos para que puedan hacer política, tiene sobre todo la preocupación de atemperar la influencia del dinero en la política. Sostuvo al participar en la mesa “Dinero, Financiamiento y política”, en el marco de la Conferencia Integridad Electoral en América Latina. “No es posible en ningún sistema político eliminar la influencia del dinero en la política, lo más que podemos aspirar es atemperar el dinero en la política”. Los gastos pueden medirse por el número de espectaculares, fotografías en revistas y eventos públicos, el desafío es poder probar que el dinero utilizado, no formaba parte del financiamiento entregado por el Instituto Nacional Electoral, que podía tener otro origen. Jamás va a encontrar la autoridad, un registro de donadores, cheques. Los más importantes financiamientos, se sabe que son entregados en efectivo, porque son dineros a los que no se les puede seguir el rastro fácilmente. Un cheque o un depósito a cuenta, puede traer resultados, a la hora de seguir la ruta del dinero, y esto sería fatal a la hora de los resultados electorales. El desafío es muy claro: ¿Cómo demostrar que hay dinero ilegal en una campaña, en el 2018?. Hasta este momento en Coahuila no se ha podido demostrar de manera contundente cuál de los candidatos, o alguno de los dos, rebaso el tope de campaña. Este es el desafío de las autoridades electorales.

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