DE LA ESTRATEGIA DEL SILENCIO A LA RETORICA, TODO EL PESO DE LA LEY EN CASO ODEBRECHT.
Resulta interesante seguir la ruta de la investigación sobre el caso de los 10 millones de dólares, del caso Odebrecht. En estos momentos ya está transitando de la condena mediática a la estrategia del silencio.
Esto es fácil de explicar, porque ningún acusado, mucho menos culpable, se auto incrimina, a no ser que este loco o sujeto a una fuerte tortura, como lo advierte Beccaria en su tratado de los delitos y de las penas.
De esta manera la posición de Emilio Lozoya Austin, desde que ha sido mencionado en las “listas del tesoro norteamericano”, se esperaba que en caso de ser citado a comparecer ante la PGR, fuera precisamente esta, la del silencio.
Ha comparecido es cierto, no ha dado la cara a los medios también es cierto, pero se ha entrevistado con la autoridad de procuración de justicia, solamente para manifestar su reserva a declarar, que es a lo que tiene todo el derecho cualquier imputado.
Silencio ante las autoridades, pero si mucha retórica de la inocencia ante los medios.
Esto habrá de impedir cualquier avance en la investigación. Salvo que el equipo de la PGR, por vez primera realice una “investigación de excelencia”, y encuentre elementos para sustentar cualquier ejercicio futuro de la acción legal.
Sobre la mesa a partir de este día, quedan las declaraciones y testimonios de por lo menos tres ejecutivos de Odebrecht, y desde luego el silencio de Emilio Lozoya, que está cumpliendo las recomendaciones de su abogado defensor.
Lozoya Austin, ex director de Petróleos Mexicanos, compareció ante la Procuraduría General de la República por poco más de dos horas ante el ministerio público federal de la subprocuraduría de Asuntos Jurídicos Internacionales, sobre las acusaciones que pesan sobre él por presuntamente haber recibido más de 10 millones de dólares de la empresa Odebrecht para la adjudicación de contratos por parte de la paraestatal.
Se dice que quien fuera director de Pemex, habría llegado a las instalaciones de la PGR poco más de una hora antes de la cita programada al mediodía, e ingresado por una de las entradas laterales del recinto del cual se retiró pasadas las 14:40 horas de este jueves. El ex funcionario se presentó en compañía de su abogado, Javier Coello Trejo, ante la Procuraduría tras ser requerido por las acusaciones en su contra.
Mientras esto pasaba, el Procurador General de la República, Raúl Cervantes Andrade, garantizaba que la dependencia a su cargo actuará “con todo el peso de la ley, sin excepción”, en contra de los presuntos responsables del caso de Odebrecht.
Al inaugurar la Cumbre de Procuradores y Fiscales de América Latina, realizada en Puebla, en la que participan representantes de 12 países, el funcionario federal agradeció a la Fiscalía de Brasil el apoyo que brinda para proceder y sancionar a los responsables de ese caso.
Reiteró ante los asistentes “Tengan la certeza de que esta Procuraduría, con toda la experiencia que otros países nos han aportado en este tema, actuará con todo el peso de la ley, sin excepción, en contra de todos aquellos responsables”..
Sostuvo el Procurador General de la República, que la corrupción ha dejado de ser un problema nacional y se ha vuelto un conflicto trasnacional, pues es del conocimiento público la amplia y compleja red de corrupción que han tejido empresas panregionales como Odebrecht, para obtener contratos con algunos de los gobiernos de la región.
La presión nacional e internacional debe ser muy fuerte, para hacer transitar a la procuración de justicia, de la condena mediática nivel en el que no pasa nada, a la retórica en donde tampoco pasa nada, a la comparecencia en la que la estrategia del silencio de Lozoya Austin puede decir mucho y también nada.
Lo importante es que por lo menos con este movimiento de la comparecencia, la PGR dio señales de voluntad para dar seguimiento a la investigación brasileña, de lo que suceda finalmente, por lo menos ya no podrán culpar a Raúl Cervantes.
El reto de Lozoya Austin y de su defensa, será encontrar la forma de desacreditar las declaraciones de por lo menos tres testigos, que han sido minuciosos en sus declaraciones ante los investigadores de Brasil.